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Nudismo ¿cuáles son los miedos más comunes?



Nacemos desnudos, sin nada de ropa encima, y es así, cuando venimos al mundo, cuando más desprotegidos estamos. Sin embargo, la belleza del cuerpo humano no tiene por qué sonrojarnos o darnos vergüenza, aunque como sociedad, desde hace miles de años, hayamos recurrido a la ropa tanto para protegernos como para taparnos ciertas partes de nuestra anatomía que, al quedar descubiertas, normalmente provocan una reacción polémica. ¿Hay algo realmente malo en mostrar el pecho, el trasero o los genitales? Seguramente esa última parte, la que tenemos en la entrepierna, sea la menos recomendable para mostrar, porque puede sufrir un daño mayor y es más sensible. Sin embargo, los hombres pueden ir sin camiseta en cualquier evento deportivo, o en la playa, mientras que las mujeres que enseñan los pechos, de la misma manera, están más expuestas.

El nudismo equipara a todos por igual y defiende que la desnudez es algo hermoso y natural de lo que no debemos avergonzarnos jamás. Está claro que hay situaciones en las que estar desnudo puede no ser muy recomendable, ni siquiera higiénico a veces, pero en otros momentos no pasa absolutamente nada por pasear sin nada de ropa encima. Esta tendencia, muy extendida ya por el norte de Europa y Norteamérica, también se está convirtiendo en algo importante en el resto del mundo. Cada vez son más los campings, los hoteles y las playas nudistas que podemos encontrar, incluso comunidades enteras viviendo de este modo, a su aire, sin ningún tapujo ni vergüenza. Sin embargo, aunque tengamos la idea de que puede resultar muy liberador probarlo, también es cierto que lo dudamos bastante a la hora de hacerlo. Ya sea por miedo o por vergüenza, lo cierto es que nos quedamos muchas veces con las ganas. Tal vez entendiendo mejor por qué ocurre esto podamos superar esos tabúes.

La timidez ante ojos desconocidos

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La desnudez es algo que ya de por si nos da mucha vergüenza, aún más si lo hacemos ante desconocidos. La confianza es algo que puede dar lugar a que, en un momento dado, nos sintamos más cómodos a la hora de mostrarnos sin nada de ropa. Sin embargo, cuando tenemos que estar delante de desconocidos, como ocurre en la mayoría de lugares naturistas que al fin y al cabo, no son exclusivos para nosotros, sino que acogen a mucha más gente, esa timidez se agrava porque estamos exponiéndonos delante de gente a la que no conocemos. De hecho, hay un punto especial e irónico en este sentido, y es encontrarnos con alguien conocido en ese sitio, pero al que no querríamos ver allí porque no queremos que nos vea desnudo, como nuestro jefe, por ejemplo.

Los complejos

A veces hay gente que no quiere mostrar su cuerpo por simple vergüenza social, porque no es lo apropiado, pero en muchas ocasiones esto tiene que ver también con la propia manera de ver nuestra anatomía. Y es que ese cercenamiento de nuestro cuerpo, aludiendo a que tal vez debamos ocultarlo, ha hecho pensar a muchos también que pueden tener un cuerpo feo. Los complejos son naturales y la mayoría de nosotros los tenemos. Si son orejas grandes o cualquier otro detalle del rostro al final una acaba acostumbrándose. Pero si el complejo viene de nuestro peso, nuestra barriga, nuestras estrías, nuestra celulitis… Es algo que podemos ocultar con la ropa, y de ahí que muchos no quieran desnudarse por lo mismo.

Hay gente que tiene ese complejo incluso para ponerse traje de baño o bañador, cuanto más para ir completamente desnudos en un lugar en el que pueden vernos otras personas. En los hombres es habitual tener un poco de complejo con el tamaño del pene, ya que usualmente se relaciona este con la hombría o el propio desempeño sexual, aunque no tenga nada que ver. En el caso de las mujeres, la forma o el tamaño de sus pechos también suele ser motivo de complejo, o el tener algunos kilos de más, algo que atañe igualmente al género  masculino. Nos venden esos cuerpos perfectos y nos hacen desear tenerlos, pero es tremendamente complicado y  no todo el mundo puede llegar a ese punto. Así es como poco a poco vamos sintiendo complejo e incluso vergüenza de nuestro cuerpo, y no queremos enseñarlo.

Prejuicios ¿qué pensarán de mí?

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El factor social es también indispensable para entender por qué mucha gente ha preferido no entrar en el mundo del naturismo, no por falta de ganas, sino por temor al qué dirán, a los prejuicios de los demás, que puedan ver esa desnudez como algo sucio o polémico. La sociedad en general no parece estar todavía preparada para asumir que hay personas que se sienten mucho más cómodas de esta manera, y por eso hay que seguir teniendo en cuenta lo que puedan pensar de nosotros. No debería importarnos tanto, porque no le estamos haciendo mal a nadie, pero sí que es cierto que es complicado quitarse de encima ese miedo a los prejuicios delos demás.

¿Cómo podemos quitarnos estos miedos?

Hemos de decir que los miedos anteriormente expuestos son totalmente naturales y comprensibles, aunque desde el punto de vista de un amante del nudismo no tengan explicación. Se basan normalmente en cuestiones sociales o miedos propios que devienen de una baja autoestima, de no gustarnos como es nuestro cuerpo, por tener expectativas demasiado altas. Hemos de entender que el naturismo no busca cuerpos perfectos, sino libertad para todo el que desee prescindir de la ropa. Es por eso que dentro del mundo del nudismo no se nos va a mirar o juzgar por cómo seamos o cómo estemos de forma. Se trata de un espacio seguro, abierto  y con gente de mente flexible que no está ahí para juzgarnos.

Saber esto ya debe ayudarnos a verlo de otra forma, pero es que además debemos entender que el nudismo puede ayudarnos a aceptar mejor nuestro cuerpo y a limitar el alcance que las opiniones de los demás tengan sobre nosotros. Tal vez nos juzguen por ello, pero si no es nada malo, ni estamos haciendo daño a nadie, ¿por qué no hacerlo? Los prejuicios y la suciedad están en la mente de los demás, no en la nuestra. Debemos pensar en eso cuando sintamos ganas de practicar nudismo pero tengamos reparos al hacerlo, por no querer romper ese tabú social de la desnudez. Debemos utilizarlo como una forma de imponernos sobre las opiniones del resto.